Fragmento 4 de película cristiana "El misterio de la piedad": Sólo Dios encarnado puede realizar la obra de juicio en los últimos días

24.06.2021

Dios Todopoderoso dice: "Precisamente porque Satanás ha corrompido la carne del hombre y al ser este a quien Dios pretende salvar, Él tiene que adoptar forma de carne para librar batalla contra Satanás y pastorear personalmente al ser humano. Sólo esto es beneficioso para Su obra. Las dos formas encarnadas de Dios han existido con el fin de derrotar a Satanás, y también para salvar mejor al hombre. Esto se debe a que quien le libra batalla a Satanás sólo puede ser Dios, ya sea Su Espíritu o la carne de Dios encarnado. En resumen, los ángeles no pueden ser quienes luchen contra Satanás y mucho menos el hombre, que ha sido corrompido por Satanás. Los ángeles son incapaces de librar esta batalla y el ser humano lo es aún más. Por ello, si Dios desea obrar en la vida del hombre, si quiere venir personalmente a la tierra para salvar al hombre, debe venir Él mismo en carne, es decir, debe adoptar personalmente la carne y, con Su identidad inherente y la obra que debe hacer, venir en medio del hombre y salvarlo de forma personal. De no ser así, si fuera el Espíritu de Dios o el hombre quienes llevaran a cabo esta obra, no se obtendría nada de esta batalla y jamás terminaría. Sólo cuando Dios se hace carne y va Él mismo a librar batalla contra Satanás, en medio de los hombres, el ser humano tiene una posibilidad de salvación. Además, sólo entonces se avergüenza Satanás y queda sin oportunidades que explotar o planes que ejecutar. La obra realizada por el Dios encarnado es inalcanzable para el Espíritu de Dios, y sería aún más imposible que cualquier hombre la llevara a cabo o en Su nombre, porque la obra que Él hace es en beneficio de la vida del hombre y para cambiar el carácter corrupto del hombre. Si el hombre participara en esta batalla, sólo huiría en desbandada y simplemente sería incapaz de cambiar su carácter corrupto. Sería incapaz de salvar al hombre de la cruz o de conquistar a toda la humanidad rebelde; sólo podría realizar un poco de la vieja obra que no va más allá de los principios o una obra que no está relacionada con la derrota de Satanás. ¿Para qué molestarse, pues? ¿Cuál es la relevancia de una obra que no puede ganar a la humanidad, y mucho menos derrotar a Satanás? Y así, la batalla contra este sólo puede ser llevada a cabo por Dios mismo, y sería sencillamente imposible que el hombre la hiciese. El deber del hombre consiste en obedecer y seguir, porque no es capaz de realizar obra semejante a crear los cielos y la tierra y, además, tampoco puede hacer la obra de pelear contra Satanás. El hombre sólo puede satisfacer al Creador bajo el liderazgo de Dios mismo, por medio del cual es derrotado Satanás; esto es lo único que el hombre puede hacer. Por eso, cada vez que empieza una nueva batalla, es decir, cada vez que empieza la obra de la nueva era, es Dios mismo quien la realiza personalmente; a través de ella, dirige toda la era y abre un nuevo camino para toda la humanidad".

Extracto de 'Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso' en "La Palabra manifestada en carne"

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